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Picamos la cebolla (0.50) y la pochamos en una cazuela con aceite de oliva (al gusto) y sal (al gusto).
Cuando la cebolla tenga un color dorado, añadimos los espinacas frescas (300 gramos) hasta que reduzcan el volumen.
Añadimos el tomate frito (200 gramos) y los garbanzos cocidos (400 gramos) escurridos y lo cocinamos un rato a fuego medio hasta que la salsa reduzca un poco y todos los ingredientes queden bien integrados.