Para esta receta, puede utilizar las variedades de cebolla que desee y combinarlas como desee: cebolla blanca, de Figueres, chalota, cebolleta...
Cortamos la cebolla (800 gramos) y la cebolla de figueres (800 gramos) en juliana.
En una cazuela deshacemos la mantequilla (120 gramos). Añadimos la cebolla cortada, un chorro generoso de aceite de oliva (al gusto), sal (al gusto) y pimienta blanca (al gusto) y mezclamos todo para que se integren todos los ingredientes.
Lo tapamos y lo cocinamos a fuego medio-bajo durante 30 minutos, removiendo de vez en cuando para vigilar que no se pegue.
Pasado el tiempo, añadimos la harina (3 cucharadas) y lo cocinamos durante 2 minutos removiendo de vez en cuando.
Añadimos el vino blanco (400 mililitros) y lo cocinamos hasta que se evapore el alcohol.
Añadimos el caldo de pollo (2000 mililitros) (o caldo de verduras (2000 mililitros)) y cocinamos tapado durante 30 minutos más.
Pasado este tiempo, si queremos que la sopa quede más espesa, podemos cocinarlo unos minutos más sin la tapa.
Precalentamos el horno a 220ºC.
Untamos el pan (8 rebanadas) con un chorro de aceite y lo asamos por las dos caras en una sartén.
Podemos emplatarlo de dos formas: