Hidratamos los boletus deshidratados (50 gramos) en agua (350 mililitros) caliente.
En una cazuela baja, sofreímos la cebolla (1) picada con un poco de mantequilla (17 gramos) y sal (al gusto) durante unos 20 minutos: hasta que esté blanda pero sin tomar color.
Escurrimos los boletus (reservando el agua) y las picamos un poco. Los añadimos a la cazuela y los salteamos unos minutos junto con la cebolla.
En una cazuela diferente, ponemos a hervir el caldo de pollo (600 mililitros) junto con el agua de hidratar las cepas.
Añadimos a la cazuela de la cebolla el arroz (220 gramos) y el vino blanco (50 mililitros) y lo salteamos y removemos hasta que se evapore todo el líquido.
Cuando el caldo esté hirviendo, lo vamos añadiendo paulatinamente al arroz y lo vamos removiendo constantemente con el fuego medio-alto. Nunca debe haber demasiado caldo ni demasiado poco: a medida que se evapore, añadimos más.
Pasados unos 18 minutos, el arroz debería estar cocido.
Añadimos el parmesano (75 gramos) y el resto de la mantequilla (33 gramos) y lo continuamos removiendo hasta que se deshaga todo y se integren todos los ingredientes.
Lo podemos servir con un poco más de parmesano rallado para que cada uno se añada al gusto.