+
Picamos el perejil (1 manojo) y, en un cuenco, añadimos un poco de sal (al gusto) y lo cubrimos con aceite de oliva virgen (al gusto).
Lo mezclamos y reservamos.
Escurrimos los garbanzos cocidos (250 gramos) y reservamos un puñado para cuando emplatamos.
El resto, los aplastamos un poco con un tenedor: no es necesario que quede una pasta fina.
En un cuenco más grande mezclamos:
Lo probamos y rectificamos algún ingrediente si es necesario.
Si queréis que quede más líquido, puedéis añadir un poco de agua.
Finalmente, emplatamos la mezcla en un cuenco y decoramos con los garbanzos que habíamos reservado y la mezcla de perejil que nos ha sobrado.