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Siempre que compro albahaca fresca para alguna receta, hago pesto con que me sobra para que no se estropee.
Añadimos todos los ingredientes en el vaso de la batidora o el procesador de alimentos y lo picamos hasta obtener el pesto: albahaca fresca (20 gramos), piñones (2 cucharadas), pecorino (75 gramos) y aceite de oliva virgen (30 mililitros).
A mí me gusta que no quede demasiado liquido, pero podéis añadir tanto oli como queráis hasta que quede la textura deseada.
Para conservarlo: en la nevera en un bote pequeño con un chorro de aceite para cubrir la salsa y evitar que el aire el estropee.